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El mundo dejo de ser tal como lo conocimos. Las leyendas a cerca de vampiros se hicieron realidad, y ese fue el inicio de una terrible batalla por la sobrevivencia entre ambas especies: humanos y vampiros. Desde tiempos remotos, se supo de la existencia de estas bestias bebedoras de sangre, pero pocos creían en esos rumores, pocos sabían la terrible tormenta que se avecinaba.
Los vampiros dejaron la seguridad de sus guaridas y comenzaron a atacar a la sociedad ya urbanizada y muy avanzada en cuanto a la tecnología. En unos meses, todo lo que la humanidad había logrado en avances tecnológicos se derrumbo, y se volvió a los tiempos medios.
La sociedad, las comunidades, las ciudades desaparecieron como tal, y la minoría de la población mundial que sobrevivió al ataque masivo de las bestias se refugió en la única esperanza que les quedaba: la fe en Dios.
Y fue así, como la Iglesia adquirió en poder total sobre los humanos.

La tierra se sumió en la soledad, la tristeza y la agonía. La oscuridad gobernaba y la esperanza de una vida mejor estaba perdida.
Los ataques terribles de vampiros, obligaron a las personas a vivir en grades comunidades, resguardados tras las enormes murallas de las ciudades que se construyeron. Estas ciudades estaban regidas por el nuevo y único gobierno existente, estaban sometidos bajo el poder de la Iglesia, del clero. En las ciudades, se construyo todo lo que se requería para poder vivir en una sociedad armoniosa y productiva, así nadie tenía que dejar la cuidad para poder subsistir.
Poco a poco, el clero tuvo el poder total sobre los humanos, y con el propósito de defenderse de los ataques de vampiros crearon un grupo especial de batalla. Los Sacerdotes, como se les llamo, eran un grupo de humanos entrenados y capacitados con armas (látigos, cuchillas, armas de fuego, etc.) que podían ponerle fin a la vida eterna de un vampiro. Pocos eran los seleccionados para ser parte del grupo de Sacerdotes, y aquellos que lograban acceder no lo hacían del todo por convicción, sino por obligación. Así lo años siguieron, hasta que algunos Sacerdotes se dieron cuenta de que nadie les tenía un respeto real, y que solo eran vistos como un arma útil mientras tuvieran la capacidad de matar vampiros; fue por ello que algunos Sacerdotes se rebelaron contra la Iglesia, sus dogmas y leyes, siendo desterrados de las Ciudades Amuralladas.
A este grupo de Sacerdotes desterrados se les conoció poco después como “Sacerdotes Rebeldes”, se organizaron y siguieron cazando vampiros, aunque lejos de las leyes de la Iglesia. Pese a que su intención era buena, la de proteger a los humanos, para la Iglesia estos sacerdotes son traidores y de alta peligrosidad. Es por eso que los clérigos ordenaron a los Sacerdotes Inquisitivos (que estaban bajo el yugo de la Iglesia) que mataran a cualquier Sacerdote Rebelde que se les cruzara en el camino.

Pero mientras los humanos se debatían entre sus problemas, la raza de los vampiros evolucionaba. En un comienzo, solo existían los vampiros tradicionales: bestias de horrible aspecto, que mataban a sangre fría como si se animales se tratara. Jamás dejaban humanos vivos durante un ataque, los desgarraban, desmembraban… los aniquilaban, pero un día, algo cambio...